La construcción sustentable no es un lujo, es una necesidad, por Pedro Gómez Gallardo Aguilar
Sostenibilidad • 21 de mayo de 2025 11:04:23 AM CST • Escrito por Pedro Gómez Gallardo

Durante los últimos años, se ha popularizado la idea de que la sostenibilidad es el “nuevo lujo” en el sector inmobiliario. Pero más que una tendencia estética o una promesa vacía, lo sustentable ha evolucionado hacia algo mucho más profundo y urgente: una necesidad estructural, ambiental y económica.
El futuro del desarrollo inmobiliario pasa por adoptar modelos de construcción regenerativa, capaces no solo de reducir el impacto ambiental, sino de restaurar ecosistemas, integrar comunidades y además generar valor comercial a largo plazo.
En un país marcado por la escasez hídrica, la intermitencia energética y la urbanización descontrolada, construir sin una visión regenerativa equivale a ignorar el futuro. El desarrollo inmobiliario debe dejar de pensarse como una operación aislada de diseño y venta.
Del lujo a la resiliencia rentable
La sostenibilidad significa generar menos dependencia de sistemas como las redes urbanas de agua o electricidad y en cambio, diseñar inmuebles capaces de sostenerse por sí mismos. El verdadero lujo hoy no es solo acabados como el mármol importado: es el acceso al aire limpio, interactuar con la naturaleza y la regeneración de propios recursos.
Y lo más relevante, este modelo es rentable. Reserva Santa Fe, el primer desarrollo inmobiliario regenerativo en México es un ejemplo de lo redituable que es invertir en estos proyectos.
El diseño de este tipo —cuando se planifica con lógica local y bioclimática— permite optimizar recursos, reducir costos operativos y aumentar el valor percibido por los usuarios. El mercado ya responde con claridad y busca espacios saludables, conectados con la naturaleza y que impliquen menores gastos a largo plazo. La demanda existe, y es creciente.
Lo social también importa
Ningún proyecto puede considerarse regenerativo si expulsa, desplaza o ignora a las comunidades que lo rodean. Incorporar actores locales —desde proveedores hasta vecinos— no solo es justo, es estratégico. Un buen desarrollo crea redes económicas regionales, genera empleo, mejora la seguridad y fortalece el tejido social, principios que también tenemos contemplados en Reserva Santa Fe, es así como logramos que la arquitectura, así entendida, no termine en la fachada, se expanda hacia el territorio.
Cinco claves para transitar hacia el modelo regenerativo
En Reserva Santa Fe somos punta de lanza en este tipo de construcciones y nuestro proyecto se diseñó para ofrecer a sus habitantes:
- Análisis profundo del sitio: comprender no solo la topografía o el clima, sino también la vocación ecológica y social del terreno.
- Diseño bioclimático desde el inicio: planear el proyecto considerando luz, sombra, ventilación y aislamiento desde la primera línea del trazo.
- Uso eficiente de materiales locales: reducir la huella de carbono desde la elección de insumos, sin sacrificar calidad ni durabilidad.
- Participación comunitaria real: reconocer y mapear a los actores del entorno antes de proyectar. No se llega a un lienzo en blanco.
- Autosuficiencia como meta: diseñar con sistemas de captación pluvial, generación de energía renovable y tratamiento de aguas residuales.
Un modelo con impacto... y retorno
La construcción regenerativa no es una utopía. Ya está ocurriendo en México. Es posible crear vivienda que regenere el entorno, incremente la biodiversidad y al mismo tiempo ofrezca retornos atractivos para desarrolladores e inversionistas. Porque hoy, construir bien no es solo una convicción ética, es también una decisión inteligente de negocio.